El apego maternal ¿podría ser un concepto machista? 13


apego

(Artículo previamente publicado en el Huffington post con el título de «El apego maternal podría ser un concepto más machista que Cañete»)

No conozco personalmente al tal Cañete como para saber si es machista, soberbio o sencillamente torpe al sincerarse en campaña electoral y pensarse superior intelectualmente a nadie por el mero hecho de su género.  El caso es que quedará como un tópico nacional de los muchos que hay, un tópico que al menos me servirá a mi para un titular útil para intentar explicar el concepto objetivo de este artículo.

El llamado apego maternal es el instinto más básico de protección que tiene la especie humana y diría más, que tiene cualquier especie animal desde los peces hacia arriba en la escala filogenética, hasta llegar al citado señor Cañete como tope intelectual. Dícese de la unión materno filial, el lazo no solo físico sino psíquico que une a la madre con su cría desde el día que se corta el cordón umbilical hasta el día en que llega el destete o la puesta de largo.

El apego es fundamental en el sano desarrollo del bebé y desde el mismo paritorio va a condicionar su desarrollo no solo afectivo, sino como bien está demostrado, su formación de neuronas en el término más químico y prosaico posible, aumento de contactos dendríticos y neurotransmisores cerebrales. El contacto piel con piel desde el primer instante, la puesta al pecho de inmediato como unión y como suelta de endorfinas que calmarán los dolores y sinsabores del parto, genera toda una explosión química beneficiosa para ambos y para su futuro. Posteriormente el contacto directo con la madre y su pareja, si la hay, va a fomentar una estrecha relación y un desarrollo intelectual y afectivo del bebé más estable y satisfactorio.

La maternidad en nuestros días tiende a presentarse como algo idílico duradero, en un estado continuo de empalagoso enamoramiento. La cruda realidad nos da de bruces cuando a las 16 semanas el estado nos avisa de que se acabó el idilio, nuestro patrón nos reclama, los días de asueto ya acabaron, si no has criado a tu hijo en ese tiempo haberte dado prisa, a partir de este momento todo van a ser trabas, horarios a veces incompatibles con la vida familiar, pocas o ningunas ayudas, dificultades no solo económicas sino también laborales para pedir una excedencia que alargue ese escaso periodo de crianza. En el mejor de los casos va a suponer un retraso en la carrera profesional y no digamos si hay dos o tres hijos, el desfase con los varones a día de hoy supone a muchas mujeres tener que renunciar a la maternidad si optan por un puesto directivo o incluso para poder mantener su precario contrato.

Las modas van y vienen, la corriente de crianza con apego moderna puede ahondar en este problema, la madre quisiera seguir con su lactancia más allá de los dos años, quisiera poder tener a su bebé independientemente de su edad el mayor tiempo posible, dormir en la misma cama, cargar con él durante el mayor número de horas posibles, todo ello presentado como una competición a ver quien dura más, equiparándolo no en pocas ocasiones a conseguir el título de mejor madre del año. Una corriente que lleva mercantilizar la crianza con montones de apechusques inútiles para porteo, colecho, extractores de leche, utensilios de cocina especiales que hacen solos la comida, materiales varios para trabajos manuales en los que hay que especializarse, toda una parafernalia que adocena y equipara a muchas en la consecución del ansiado título.

Pero ¿y el niño? ¿alguien le ha preguntado si le gusta vivir en una eterna fiesta o prefiere tener frustraciones para poder aprender algo? Si es cierto que solo aprendemos de nuestros errores también será cierto que la sobreprotección y la Vida es Bella nos hará perder aprendizajes. ¿Qué aprende Giosué de los campos de exterminio, en la película de Roberto Benigni? ¿Cual es su futuro? Esta es otra variable en la que no quería entrar ahora, me gustaría a colación de esto pensar cual es el futuro de las madres empeñadas en conseguir el premio nobel de la maternidad.

La madre que quiere hacerlo bien se ve abocada a renunciar a su desarrollo profesional, se ve atada a la cocina preparando comiditas sabrosas y cupcakes, se encuentra en un eterno juego y multiplicando manualidades para conseguir que el apego no se resquebraje lo más mínimo, evitar el llanto del bebé se convierte en un objetivo. Vuelta a pañales de tela y métodos antiguos, vuelta a la dedicación a la casa, expulsando al padre que vuelve a ser el que trae el dinero a casa y «ayuda» en tan feliz maternidad. Todo parecido cada vez más, no a mi madre, sino a como vivió mi abuela o bisabuela, un retroceso en el tiempo imbuido de modernidad y mercantilización.

La mujer por el hecho de ser madre es bombardeada con un estilo de vivir la maternidad cada vez más potente e implantado en la moda social, vía celébritis, vía redes sociales, vía mercadotécnia, que plantean una forma que la devuelve 80 años atrás a un estilo donde la mujer deja de ser mujer para ser madre en su casa y dedicada a lo que algunos piensan que deberían hacer las mujeres y de donde no deberían haber salido. Machismo puro y duro, ejercido por mujeres con tintes de modernidad, pero castrante de todos modos.

Esperemos que el estilo Cañete y de las mujeres que callan, no otorguen credibilidad a una necedad, una metedura de pata o una traición del subconsciente demasiado instalado todavía en nuestra sociedad.


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13 ideas sobre “El apego maternal ¿podría ser un concepto machista?

    • Laura Gil

      Totalmente de acuerdo!! Soy maestra de infantil y madre, y la tónica que vengó observando en los últimos años es a mujeres totalmente pegadas a sus hijos, no dejan que lloren, que descubran que tienen que convivir con otros niños, niños que no resisten la frustración porque en el momento en que abren la boca ya tienen lo que quieren.
      Madres que han dejado de salir con amigas o ir a algo tan sencillo como al cine con su pareja por los niños, porque esta nueva forma de crianza incluye lactancia a demanda hasta que El Niño se harte, una crianza que no admite que otros miembros de la familia cuiden al niño si no esta mama delante etc…

      Totalmente de acuerdo, un modo de crianza que ahora está muy de moda pero que castra a las mujeres y lo que es peor, les da la idea de que eso es lo único bueno que le pueden ofrecer a sus hijos y que por eso lo han elegido ellas libremente… Que pena la de pasos atrás que damos con cosas así…

      Y no digo todo esto de forma sesgada, os cuento lo que veo en los años que llevo dando clase, y es algo que comparto con mis compañeras.

      • Xènia

        me parece que te equivocas en tu idea de crianza con apego, (igual que se equivocan muchas mamás que llaman a su crianza con apego). Crianza con apego no esa darle todo lo que quiera para que llore, sino acompañarle en el lloro, es no delegar el cuidado y educación de nuestros hijos (que hemos escogido libremente de tener – siempre hay la opción de no ser madre) a otros porqué nos molestan,es dar el pecho hasta aque AMBOS se harten,.. y personalmente no he oido nunca que la crianza con apego prohiba que los niños esten con otros sin la madre o que no puedan jugar con otros niños, y la madre que hace esto està enferma, no tiene nada que ver con la crianza con apego. Y sí, creo que estar con mi hijo los ratos que no trabajo, es lo mejor que le puedo dar. Sí, creo, perdón sé, que la leche materna es el mejor alimento que le puedo dar a mis hijos como mínimo hasta los dos años y después hasta que los interesados decidan (OMS dixit), y sé que ser madre es la tarea más difícil que haré en esta vida, que cada niño es un mundo y cada família un universo y que todos los días me equivoco de alguna forma u otra, y por eso intento no juzgar como lo hacen los otros, porqué ese niño no es mi hijo y sé cual es su carácter, y porqué esa madre no soy yo, y no sé porqué educa a su hijo de esa forma. Finalmente, añadir que la crianza con apego, no es más que intentar seguir nuestra instinto primario como madres y padres, respetar nuestro hijo como persona (es decir entendre que no es inferior, solo porqué es más bajito) y intentar acompañarle (estando presentes lo más posible) en su crecimiento, mientras le enseñamos los valores familiares.

        • Xènia

          Repasando lo que comentas, se me ha ocurrido otra cosa. Si en las familias que se intenta la crianza con apego, el padre no participa (igual que pasa en familias con otros tipos de crianza) la verdad es que sí que puede ser mucho más agotador para la madre, ya que la crianza con apego, si tienes un hijo de los q te necesitan en todo momento, puede ser muy dura para la madre si tiene que cargar ella sola con todo.

    • Silvia

      En esta línea recomiendo el libro de la filósofa francesa Elisabeth Badinter, «La mujer y la madre», una interesante reflexión sobre este arranque del S.XXI en el que la mujer moderna está poco a poco perdiendo todas las conquistas alcancadas en el XX. Muy ilustrativo.

      • POPPY

        Hola Silvia. No he leído el libro pero sí varias reseñas, y desde luego no me gusta nada su mensaje. Esa señora llama conquista a cualquier cosa. No sé, como por ejemplo, ¿tú crees que es una conquista trabajar de sol a sol por 1.000 ( si llegas), después de perder la vista estudiando media vida, para pagar una hipoteca a 35 años, la letra del coche (imprescindible para ir a currar) y las facturas astronómicas de luz y agua?. Llámame loca, pero yo creo que no. La gran conquista de la mujer es la de ser libre de DECIDIR, haberse liberado de las cademas de la sociedad patriarcal a la que estaba sometida. Estamos hablando de momentos históricos en la que la mujer se consideraba inferior al hombre. Tomar las decisiones que la sociedad moderna espera que tomes también es opresión.

  • laura

    He podido elegir y me he quedado en casa con mi hija hasta que tuvo 14 meses, y lo repetiría una y mil veces si tuviera más niños. Te equivocas, Jesús, en meternos a todas en el mismo saco, un estereotipo más…, la clave creo que está en poder elegir, y todas deberíamos tener ese derecho.
    Me parece mucho más esclavo tener que trabajar , sinceramente, y lo que vivo ahora, que es trabajo y niña.
    Y que conste que me gusta mi trabajo y disfruto de lo que le da a mi vida, pero me gustaría mucho más quedarme en casa una temporadita más larga, por mi niña y por mí, que estaría más a gustito que madrugando y currando todas las noches después de acostarla. Llegar a superjefa tampoco entra nada dentro de mis planes, y supongo que no soy la única.
    Ah, y lo confieso, disfruto mucho haciendo magdalenas 😉

  • anna

    Estoy bastante segura de que nuestras abuelas y bisabuelas no se permitían el lujo del vivir la maternidad descrita arriba; me refiero al «objetivo» de que el bebe no llore nada y todo «apego», caricias y dedicación. Tenían muchas otras tareas ademas de criar a los niños. 🙂 . De hecho, eran, probablemente, mas a menudo ignorados, a diferencia de los que pasa en el presente. Esta «dedicación» absoluta y casi exclusiva a la crianza de los niños no ha existido nunca, excepto en nuestra imaginación idealizadora.

    • Xènia

      totalmente de acuerdo anna. qué suerte la de jesus abuela si podía dedicarse a criar los hijos en exclusiva… que yo sepa desde la revolución industrial, mujeres y niños han sido mano de obra barata en las fabricas… Me gustaría añadir que la crianza con apego no es cosa exclusiva de las mamás… en nuestra casa, el de las comidas sabrosas y cupcakes es papa, que se queda en casa mientras mamá trabaja fuera… y en relación a la sobreprotección, ni más ni menos que en las familias donde ambos trabajan. Creo que el debate es interesante, pero no lo es si se basa en ideas sesgadas

  • acgaset

    Bueno, yo creo que esgrimiendo la bandera de la Crianza con Apego muchas veces se exagera. Los bebés es normal que lloren, y a veces tenemos que dejarlos llorar… ¿cómo, si no, le hago una papilla a mi hija si no puedo dejarla un momento en su hamaquita, o me preparo mi comida, o…? Mi hija llora en cuanto no estoy con ella… y no voy a portearla mientras hago un huevo frito, pongamos el caso. Otra cosa es ignorarla y dejarla llorar sin hacerle caso hasta que se desgañite, pobretica, pero es que hay un término medio. He leído hasta un estudio que dice que los niños que van en cochecito salen retrasados en el lenguaje… qué barbaridad. Aparte de muchas otras cosas que no voy a decir aquí.
    Pero hay varias cosas en las que difiero del escrito… la Crianza con Apego es una corriente de madres que se consideran progresistas y de izquierdas. La gente conservadora que conozco no está de acuerdo con ella, la ve de «hippies», «perroflautas»… Yo ni una cosa ni la otra, creo que se exagera mucho, se etiqueta, se generaliza, y se aportan muchos argumentos un poco endebles, pero tampoco creo que sea un pensamiento facha o de volver a los tiempos de las cavernas… las abuelas precisamente son las que más insisten en «dejar a los niños llorar».
    En lo de mercantilizar la crianza tampoco estoy de acuerdo, gastan mucho menos los defensores de la Crianza con Apego! No compran leche de fórmula, ni biberones-esterilizadores, ni muchas veces chupetes, ni carritos, ni cunas…! Y lo de «las papillas que se hacen solas»… eso no tiene nada que ver con la Crianza con Apego! (Por cierto, yo tengo un cacharro de esos y es genial).
    Y por otra parte, las frustraciones… los niños SIEMPRE pasan por frustraciones. Desde el momento en el que un bebé tiene hambre y sueño a la vez, o quiere coger todos los juguetes que tiene delante a la vez, o quiere volar o correr y no puede, o quiere hacer algo peligroso y no le dejamos… Frustraciones, las va a pasar, eso está claro y nadie en el mundo podrá evitarlo. De lo que se trata es de enseñarle a controlar ese sentimiento, y eso todos los padres tienen que hacerlo…

  • Mimi

    Por fin alguien nos defiende (porque me siento atacada a veces). Adoro a mis hijos, y estoy de acuerdo con la Crianza con Apego, siempre y cuando no acabe conmigo. Lo siento, no soy perfecta, no puedo hacerlo todo, no PUEDO CRIAR YO SOLA a dos niños, no soy omnipotente ni omnipresente. Soy una persona, y no me parece justo que determinadas personas quieran que deje de ser YO para ser MADRE. Yo quiero ser las dos cosas!! Tan mala madre soy, tan egoísta? Pues así me siento cuando leo a algunos pediatras o defensores a ultranza del Apego. Lo que finalmente me provoca es más stress y más ansiedad…y realmente esa madre histérica para poder llegar a todo y ser perfecta no es la que quiero para mis hijos!.

  • POPPY

    Hola Jesús, quería que analizaras el siguiente punto: ¿Mercantilización de la crianza con apego? ¿comparamos el precio de una mochila de porteo con el de un cochecito de bebé, más maxicosi, más sillita, y sillita ligera porque el bebé ya es grande y pesa más? ¿Comparamos el precio que cuesta colechar, con respecto a lo que cuestan cunas, minicunas, muebles-cuna-cambiador-bañera? ¿Comparamos lo que se ahorra una familia en leches de fórmula y otras si se mantiene la lactancia materna hasta los 2 años, como recomienda la OMS? Me parece Jesús que el modelo de crianza mayoritaria, es el más representativo de la mercantilización de la maternidad como tal, generando la necesidad de cantidades demenciales de bártulos con la excusa de que nuestros hijos serán más independientes gracias a ellos. No sé por qué nuestra sociedad se ha obsesionado con la independencia de nuestros hijos. Queremos que sean autónomos con 1 mes, y nos creemos que el hecho de que duerman solos del tirón en su cuna y en su habitación es un síntoma de dependencia. No respetamos los ritmos de maduración de los niños, y queremos que sean adultos en miniatura, que obedezcan y nos sigan a todas partes como perritos amaestrados. Y por último: la liberación de la mujer pasa por su derecho a DECIDIR libremente, no por incorporarse al mundo laboral sí o sí. De hecho, habría que preguntarse cuántos de nosotros y nosotras trabajamos en lo que queremos, si somos felices con nuestras condiciones laborales, y si nos pagan lo que merecemos. O mejor aún : si vamos a trabajar porque no nos queda más remedio.
    Un saludo a todos y todas