Ya no está de moda firmar letras, la letra de cambio es una cosa del pasado, ahora esta todo informatizado y la hipoteca o el préstamo para el coche se autoriza en el notario con uno o dos garabatos.
Cuando yo compré mi casa se firmaban letras de cambio, allí nos fuimos ante un tipo serio, mi señora y yo nos firmamos en una mañana 50 papeles timbrados que posteriormente me fueron devolviendo según los pagaba. En aquel momento me sentí Franz Kafka firmando La Metamorfosis. Posteriormente trabajé en la Seguridad Social y pasé horas firmando recetas, aquí no me sentí como Francisco Umbral, sino como un monje amanuense escribiendo de sol a sol.
Desde que publiqué mi libro muchas han sido las satisfacciones y mucho peloteo durante la promoción de amigos que se portan como tales y no te puedes fiar de su objetividad.
El sábado bajo a la arena a hablar en directo con la gente que me ha leído o que tiene expectativas al leerme. Alguien defraudado me pedirá que le devuelva su dinero, muchos amigos me felicitaran, pero ante todo podré escuchar en directo lo que piensan. Prometo hablar con todo el mundo.
Gracias a Rocío y Julio por invitarme y darme esta oportunidad, lo pasaremos bien.
Buena suerte!