Cuando se escribe un artículo sobre algún tema polémico es lógico que lleguen contestaciones y réplicas, como bien sabéis los que pasáis por esta mi casa, cuando una de estas réplicas profiere insultos o descalificaciones sin más interés que el ofender directamente no las publico, si, hay censura en mi blog, lo he dicho muchas veces, cada uno que vaya a cagar a su casa. Perdón.
El caso es que a raíz de mi artículo en la revista Ser Padres y que reproduje ayer en mi blog con el título de «Homeopatía, No gracias» y que si no habéis leído deberíais ir primero allí y luego seguir leyendo esto, se recibió en la editorial de la revista una carta dirigida a mí que por su interés reproduzco tal cual, con todas las comas y puntos y que contrarreplico en otro artículo, que titulo como en las sagas o trilogías con el mismo título y un subtitulo «Homeopatía, No gracias: La contrarréplica» (que publicaré mañana, paciencia) para que si os apetece se pueda comentar a esta carta por separado. Agradezco vuestro comentarios. Gracias a todos,
CONTESTACIÓN AL DR. JESUS MARTÍNEZ
Estimado compañero:
Me dirijo a usted en relación al artículo sobre pediatría en la revista “Ser Padres” que he leído con atención y en el que alerta a los padres sobre el uso de medicamentos homeopáticos y la consulta de un pediatra homeópata. Me gustaría hacerle referencia a algunos extremos que quisiera puntualizar sobre esta terapéutica. En primer lugar, quisiera señalar que los medicamentos homeopáticos están autorizados en nuestro país y regulados como tales por la Ley 29/2006 de Garantías y Uso Racional del Medicamento y Productos Sanitarios y en Europa por la Directiva 2001/83/CE y precisamente por eso, en la actualidad, y como el resto de medicamentos, son de venta exclusiva en oficinas de farmacia.
Además, los medicamentos homeopáticos están incluidos en la farmacopea de numerosos países en muchos de los cuales, como en nuestro país, existe una formación reglada, seria, científica e impartida por médicos especialistas. Incluso en algunos de ellos están incluidos dentro de los servicios públicos de salud como es el caso de Francia, Alemania o Suiza, países nada sospechosos en lo que se refiere a sus servicios sanitarios.
Cuando usted hace referencia a los estudios científicos, me gustaría invitarle a que consulte en las prestigiosas páginas médicas como Medline, Pubmed o Cochrane, para que pueda encontrar respuesta a sus afirmaciones en los numerosos ensayos clínicos y estudios publicados. Cuando tacha de “placebo” la prescripción de medicamentos homeopáticos, está poniendo en duda la práctica médica diaria de más de 4.000 pediatras españoles que, en mayor o menor grado, utilizan estos medicamentos, constatando su eficacia y seguridad. Sin ir mas lejos, yo mismo he ejercido como pediatra durante más de 30 años y como homeópata más de 25 años, por lo que compartimos la misma titulación y estoy inscrito en el Colegio de Médicos de mi Comunidad Autónoma dentro de la Sección de Médicos Homeópatas, existente en casi todos los colegios de este país y para lo que tuve que acreditar, con la correspondiente documentación, mi formación y experiencia clínica.
Las preguntas que usted se plantea, deberían hacerle reflexionar sobre por qué tantos pacientes, y cada vez más, ponen su salud en manos de un médico, y le reitero, médico homeópata. Más de un tercio de los españoles han utilizado ya la homeopatía en alguna ocasión y más del 80% se declara satisfecho o muy satisfecho con los resultados.
Con sus palabras, duda usted de la veracidad de los testimonios de miles de pacientes y tacha de estafadores y defraudadores a los miles de médicos que a diario, en nuestro país y en otros muchos, tienen una visión más amplia y nada excluyente de la terapéutica médica, sobre todo en especialidades como la nuestra tan huérfanas de medicamentos eficaces y libres de efectos secundarios para tratar las afecciones de los niños. Somos muchos ya los que hemos decidido enriquecer nuestra práctica diaria, ofrecer a los pacientes otras opciones, más adaptadas, más centradas en la persona y no en un síntoma particular, terapéuticas que potencian la propia capacidad del organismo para recuperar el equilibrio y procurar el bienestar, y que pueden utilizarse sin renunciar a los medicamentos convencionales, en beneficio del paciente, que al final, es lo que importa.
Le animo a compartir con usted cómo funcionan los medicamentos homeopáticos y poder tener así respuestas a las dudas que plantea en el artículo sobre la homeopatía. A lo largo del año tienen lugar distintos cursos de introducción o de postgrado sobre terapéutica homeopática organizados por Universidades, colegios profesionales y otras instituciones. Anímese, le recuerdo lo que decía Cervantes: “Ninguna ciencia, en cuanto ciencia, engaña; el engaño está en quién no la sabe”
Dr. Jorge Manresa
Pediatra
Especialista Universitario en Homeopatía
Profesor del Centro de Enseñanza y Desarrollo de la Homeopatía (CEDH)
Lo triste es que mientras siga pagando la cuota del Ilustre colegio de su provincia, este estimado colega podrá poner lo que tenga a bien en un papel con un número de colegiado que acabe en 827.
Debería por lo menos saber que esos países que menciona, aparte que los tomemos de ejemplo para lo que nos conviene, ya no dan cobertura en sus sistemas sanitarios de financiación pública a esos… ¿tratamientos? Ni de lo suyo propio está informado, o intenta ocultarlo, eso puede que esté tipificado en algún código, aunque la ética para muchos sea un concepto que merece la pena diluir, para aumentar la potencia de la minuta. Penita, oyes… 🙁
Yo también firmé una temporada acabando en un numerito 81 o algo así, pero ya se me pasó.
Lo de los colegios es vergonzante, las cátedras universitarias también, pero amigo, el dinero casi todo lo puede.
Me permito intervenir para aclarar que en Francia, mi país de residencia, el sistema sanitario sí da cobertura a los tratamientos homeopáticos. La financiación será mayor o menor en función del régimen de cobertura del paciente pero siempre serán financiados como cualquier otro tratamiento prescrito por un facultativo.
Es cierto Josefina. Según lo escribí me daba cuenta que tenía que haber dicho «alguno de esos países».
Soy un padre de 31 años que sigue al pediatra Jesus Martínez hace tiempo.Como padre me preocupa mucho lo que tome mi pequeño y he probado las dos medicinas. Puedo decir sin miedo alguno que la homeopática no funciona, ni como preventiva ni como nada.Tampoco estoy de acuerdo con el sistema de medicina actual en la seguridad social, antibiótico a discreción, es lamentable…en el artículo reciente del doctor Martínez, viene la respuesta a todo.Alimentación sana y correcta para los peques, llena de vitaminas, nada más.
Mi mujer es ucraniana y allí hay un pediatra llamado doctor Kamarosvky o algo así, y es lo más tranquilizador del mundo. Es de la opinión del doctor Martínez y por eso estaba loco por encontrar en España alguien como Kamarosvky..alguien al que no le importa el beneficio económico y sólo quiere lo mejor para padres y peques. Una sanidad lo más «sana» posible.
Mi respeto y admiración al doctor Martínez pues deberá luchar contra muchos con articulos de ese tipo, ya que le toca el bolsillo a muchos. .y eso es simplemente, lo que a muchos les preocupa.
Gracias sinceras.
Nuestra pediatra le «recetó» a mi hijo productos homeopáticos con la lactosa como único producto detectable, y eso que el niño es APLV en grado muy alto. Su desconocimiento podría haberle provocado una reacción grave. Este hecho y nuestra falta de fé en estos «tratamientos», fueron factores decisivos para cambiar de pediatra. Ahora estamos mucho más tranquilos.
Los niños APLV pueden tomar lactosa sin problema. Solo por generar confusión. La APLV y la intolerancia a la lactosa son dos enfermedades distintas que nada tienen que ver.
Cierto, gracias por el apunte
De todos modos un laboratorio homeopático está publicitando productos sin lactosa.
Supongo que el hecho de que en la publicidad diga que los productos son «100% sacarosa» se deberá a un lapsus involuntario y no hay que considerarlo como una confesión 😉
Un niño APLV no puede consumir lactosa, salvo que sea sintética, ya que arrastra proteínas de la leche de vaca, puesto que es el azúcar de esta.
Hay que confirmar siempre con los fabricantes que la lactosa sea sintética. La intolerancia a la lactosa nada tiene que ver con la APLV, de hecho, un intolerante a la lactosa sí puede tomar PLV siempre que se especifique que no lleva lactosa y un APLV no puede tomar lactosa salvo que se confirme que esta sea sintética (almidón de patata o maíz) .
Para contestar algo tan serio sobre alergia, hay primero que documentarse. Porque una intolerancia no te mata, una alergia, sí.
Efectivamente ese es el problema. Cuando se extrae la lactosa, los laboratorios no suelen poner medios para evitar llevarse también las proteínas de la leche. De hecho, en el laboratorio Boiron nos confirmaron que sus productos homeopáticos con lactosa contienen trazas de proteínas.
Muy sincero el señor de la réplica: reconoce que gana dinero con un placebo y aprovechándose del sesgo cognitivo de sus clientes.
Otro ejemplo más del teatral engaño homeopático.
Es posible que de verdad no se haya molestado en ir a ver qué ciencia hay detrás de la homeopatía. Hablo por el firmante de la carta, claro, no por ti Jesús. Es que me cuesta creer que se pueda defender la homeopatía teniendo una mínima formación científica y con la química básica que se da antes de llegar a la Universidad. No se si es pero hacerlo por lucro o por simple ignorancia, pero no creo que haya nada q me moleste tanto….
Resulta curioso que todo un profesor de un centro de enseñanza homeopático esté tan mal informado respecto a su práctica. La Directiva 2001/83/CE y la Ley 29/2006 permiten la autorización de productos homeopáticos como medicamentos, pero eso no quiere decir que lo estén. Y no lo están: en España solo han sido autorizados doce medicamentos, en una decisión de marzo de 2012 que se adoptó como «prueba piloto», según el Ministerio, y de hecho los productos en cuestión siguen apareciendo en la base de datos de la AEMPS como no comercializados. Supongo que el Sr. Manresa recordará la polémica que suscitó la publicación, a finales de 2013, de un borrador de Orden Ministerial para regularizar los productos homeopáticos, y seguro que comprenderá que si el Ministerio intenta regularizarlos (por tercera vez; las otras dos fueron eficazmente saboteadas por la propia industria homeopática) es porque, evidentemente, no lo están. Aunque tampoco es que este sea un dato muy significativo: como el Sr. Manresa sabrá, la Directiva y la Ley exigen que el fabricante de un medicamento demuestre su eficacia y seguridad antes de autorizarlo, pero hacen una excepción con los productos homeopáticos, que pueden ser autorizados sin necesidad de demostrar que sirvan para nada. Por algo será.
Las búsquedas en Medline o Pubmed ofrecen respuestas para todos los gustos; en Cochrane no tanto, como puede comprobar (imagino que con disgusto) el Sr. Manresa. Pero, en cualquier caso, ya que trae a colación los sistemas nacionales de salud, merece la pena recordar que muchos de ellos han llevado a cabo revisiones de la evidencia científica disponible y los resultados han sido siempre negativos hacia la homeopatía. Entre ellos, por cierto, uno de los que cita, Suiza, que también comprobó su ineficacia.
En cuanto a los datos sobre uso y prescripción de la homeopatía, proceden del «Libro Blanco» que elaboró un conocido laboratorio homeopático, y su credibilidad es por tanto la misma que la del «Libro»: más bien poquita. Provienen de una encuesta «on line» elaborada entre usuarios que se inscribieron para participar en ella, lo cual le resta bastante rigor (puesto que la muestra no representa el conjunto de la población de España, sino solo a quienes tenían interés en el tema y se registraron para contestar), y desde luego son mucho más abultados que los de fuentes tan fiables como el CIS (menos del 2% de la población, según la última Encuesta Nacional de Salud, de 2011-2012) o los que se pueden deducir del volumen de negocio de los propios laboratorios (que en el año 2008 cifraban en menos del 1% del total del mercado farmacéutico). Y aunque no dudo que en los últimos años estas cifras hayan aumentado (algo a lo que no es ajeno el suculento margen de beneficio que dejan estos productos en las farmacias), da la impresión de que los porcentajes del «Libro Blanco» son tan fantasiosos como la eficacia de los productos que vende la empresa que los encargó.
A pesar de lo cual no dudo de que haya muchos médicos que prescriban homeopatía, especialmente en pediatría: como me dijo un pediatra una vez, «es un magnífico placebo para padres y como es inocua no hace daño a los niños». Pero recuerde: las cosas funcionan o no por sí mismas, no por su popularidad; también hay muchísimas personas que consultan todos los días el horóscopo (de hecho muchas más que los usuarios de homeopatía, siempre según el CIS) y supongo que no defenderá usted también el uso de la astrología en el diagnóstico y la prescripción. O bueno, eso espero.
Brillante y documentada argumentación, muchas gracias
Me sorprenden los argumentos del tipo «es legal» o «en Alemania se usa». El bingo y la ruleta americana también son legales, y en Alemania también venden pistolas.
Habitualmente, el homeópata tiene más tiempo para atender al enfermo, y esa mera diferencia ya causa bienestar en los pacientes.
En clave de humor: El día que existan los anticonceptivos homeopáticos, tal vez me crea la homeopatía.
Siempre se hizo así, y otras frases recuerdan lo de mil millones de moscas no pueden equivocarse, coman mierda.
Yo estuve en una charla sobre homeopatía donde el ponente se tomó una caja enterita de somníferos homeopáticos de farmacia mientras daba la charla y tan pancho. ofreció al público incluso. Y todos bien vaya.
Sin nada que reseñar.
Por otro lado mi pediatra de la seguridad social para cólicos del lactante le recetó a la peque colikind, que mirando la composición creo q es más fitoterapia que homeopatía y sin embargo en el bote pone homeopatía y digo yo, eso no es doble engaño? lo de la homeopatía en mi opinión es incompatible con el sentido común, ya no digo con el método científico. gracias por el post doctor, es muy necesario
Yo soy una persona «antimedicamento», me explico: si puedo evito tomar medicamentos, si no puedo los tomo. Por ejemplo: si tengo un catarro, no tomo nada salvo que tenga fiebre o dure en exceso, eso sí leche con miel, vapor, etc…
Lo de la homeopatía vulnera cualquier principio científico y sentido común: pongo un virus muerto ( uno solo) de gripe en un pantano y ya tengo un remedio para la gripe, vamos que el «agua tiene memoria» soy físico y el agua no tiene memoria, y no es posible en términos físicos. Y en términos químicos vulnera cualquier principio de concentración disolutivo, etc..
Habrá que revisar si según la cuántica monetaria entre la H y la O cabe algo de memoria.
Yo también fui durante tiempo con mi hija al pediatra homeopático y s pagar pagar y pagar y tengo q decir y bien alto q no le hizo absolutamente nada ,un engaño
Fuimos a otro y lo mismo
Hay que mirarlo por el lado sano: si yo curo el cólico de lactante con homeopatía y los mocos igual, lo induzco a que de adolescente pruebe la cocaina o cannabis homeopático y ya la mas tranquila y eso si jamás vi a un homeópata tomar cerveza homeopática.. La toman sin diluir , por que será??
Hola, yo he dado homeopatía a mi hijo. Lo hice huyendo de una medicación constante y excesiva que me recetaba mi pediatra («no, no tiene mucho pito, pero vamos a darle un inhalador por si a caso…). Hasta que me di cuenta que lo que realmente estaba haciendo era utilizar la homeopatía para respetar sus ritmos corporales, para dar tiempo al cuerpo a frenar la fiebre o a recuperarse de los mocos o la tos, y tener la consciencia tranquila. La homeopatía cura lo que no es grave, vaya, lo que puede curar el cuerpo sin medicamentos. Pero los papás nos quedamos más tranquilos con la bolita. Qué nos queda a los padres cuando perdemos la confianza en el pediatra, cuando intuímos que algo no funciona, que quizás no hace falta tanta medicina? Que quizás una buena alimentación es suficiente…
Además, creo que hay un error grave en la actitud de burla y denuncia constante de la ciencia hacia la homeopatía. Continuamente se intenta desacreditar, pero pocas veces se hace un análisis serio de los motivos del éxito de la homeopatía y de las llamadas «medicinas alternativas». Tantos millones de tontos hay en el mundo? Creo que la clave es la humanización del paciente. El homeópata te escucha, se toma su tiempo, te pregunta, te intenta conocer, te hace sentir una persona y no un número de la seguridad social (hablo por mi experiencia). Te explica cuál es el ritmo del cuerpo, cuanto hay que esperar para medicar… Y sí, al final te da unas bolitas inocuas y con eso te vale. Si son inocuas no pierdo nada, te planteas. Y ves que si a tu hijo no le das paracetamol sinó unas bolitas inocuas, le acaba bajando la fiebre. O que supera la tos sin antitusivos. O un pito leve sin necesidad de Ventolín y de corticoides. Y es inocuo.
Quizás, si el médico de cabecera o el pediatra hicieran eso, te explicaran con tiempo, sin prisas, y no medicaran a las primeras de cambio, no habría tanto amante de la homeopatía.
Vaya, que además de criticar el boom homeopático, lo aprovechemos para mejorar una atención médica mejorable en muchos aspectos. Demasiados.
No puedo estar más de acuerdo contigo, a veces hay que respetar los ritmos de los niños y la medicina debería ser menos intervencionista y alocada en el tiempo, nos falta tiempo. Pero si no hay que hacer nada, ¿por qué darle bolitas? no le des nada, dale besos y abrazos, apóyale en la enfermedad, reclamas para ti tiempo y dedicación y para tu hijo lo solucionas con una receta de bolitas. ¿No te parece incongruente? No funcionan los mucoliticos, lo he dicho muchas veces, pues no se los des, no lo sustituyas por azúcar o por placebo como si el menor fuera tonto. Explícale que las drogas no solucionan todo, que ha veces no hay porque tomar nada para sanar.
Eso es lo que hago ahora. Pero he tenido que hacer yo solo ese camino, un poco contra viento y marea. No he encontrado ningún profesional que me dijera lo que acabas de decir tú. De haberlo hecho, seguramente todo hubiera sido más fácil y sin bolitas de azúcar… Gracias a mi paso por la homeopatía aprendí a respetar los ritmos del cuerpo. Eso es así. Vivimos en la sociedad del miedo, de la inseguridad, las prisas y las paranoias. Y si se trata de hijos la cosa se multiplica por mil. Solo pido a los profesionales que lo tengan en cuenta, y si el cariño es la mejor medicina para los mocos y la fiebre, que la receten contínuamente y sin miedo. Y nos dediquen un poco más de tiempo y, por qué no, un poquito más de cariño, que eso nos dará seguridad (a los padres, digo…). Muchas gracias por tu post!
Porque muchos digan que Dios existe no quiere decir que sea cierto.
Nos hacen falta médicos valientes y padres q demuestren q son inteligentes. Gracias Dr Martinez por sacarnos de nuestra zona de confort y obligarnos a pensar. Quien tiene el poder para cambiar las cosas tiene la responsabilidad de hacerlo.
La gente se va a la homeopatía, porque tiene un enfoque más holístico (supongo vaya, porqué yo no he ido nunca…) que es lo que falta en las consulta de medicina tradicional. En la calle, homepatía es sinónimo de remedio natural, y en realidad hay muchos remedios naturales que no son homeopatía, pero creo que no todo el mundo lo tiene claro, al menos yo no fui consciente de la diferencia hasta hace muy poco.
La homeopatía consigue sus resultados por el tiempo y tipo de entrevista, que puede llegar a ser de horas. Algo impensable en un servicio público de acceso cuasiuniversal.
Lo entristecedor es ver a compañeros cómo prescriben esos productos en x minutos de consulta bajo la premisa de «algo hay que dar y esto no le va a hacer ningún mal». Claro que se lo hace, deseduca al paciente y le convence de que todo problema de salud, por pequeño que sea, requiere su antídoto farmacológico.
Cuánto cambian las cosas cuando conseguimos unos pacientes autónomos, decisores de los cuidados de su salud, no tenemos consultas innecesarias y podemos dedicarnos a atender el tiempo suficiente a los que realmente lo necesitan.