No veo nada 4


¡¡¡ Socorro !!! Me he quedado ciego. No puedo ver nada. Todo esta oscuro. La penumbra ha invadido mi vida, ¿qué será de mi?. Adivino algún destello entre grumos de negrura. No puedo abrir los parpados los tengo sellados. Quizás si acertara a restregarme la cara, pero mis manos son otra vez torpes y no consigo alcanzar mis ojos. Tengo una idea, llorando vendrá mamá y algo se le ocurrirá. Buaaaaa…..mamaaaaaá…….

Papá acude de inmediato, ¡ pues si , menuda ayuda ! como me haya quedado ciego de verdad a este le da un patatús, veremos que hace. Me coge en brazos y me tranquiliza, cuando dejo de llorar mi padre grita, «cariño al niño le pasa algo» ¡No te digo, menudo lumbreras! Por fin llega mamá y me lleva al cambiador, saca suero y me lava los parpados cuidadosamente, que gustito ya empiezo a ver, parece que es temporal y que recuperaré la vista, menos mal, que susto.

No veo bien del todo y me pican los ojos así que mis padres han decidido llevarme a ver a mi amigo Jesús, el médico de mi hij@. Nos ha explicado que lo que me ha ocurrido es una conjuntivitis catarral, con unos lavados más con suero fisiológico se me curará y no dejará secuelas definitivas. Luego les ha contado que la mayoría de las conjuntivitis catarrales solo son mocos y curan solas y únicamente unas pocas necesitan colirios u otro tratamiento, lo que no me gusto tanto es que dijo que podría seguir yendo a la guarde que las legañas no son contagiosas. Vaya yo que quería quedarme en casa unos días. La verdad es que estoy mucho mejor.

Estos cambios en el tiempo terminarán por afectarme, el susto de esta mañana espero que no me deje secuelas, esto es un sinvivir, ya no se donde amaneceré la semana que viene, creo que soy carne de psicoanalista, no se, no se….


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4 ideas sobre “No veo nada

  • Marta

    Buenísimo…
    Deberíais los pediatras emprender campañas de difusión por las guardes, porque cuando a mi hijo mayor le pasó y le conté a la profe que no era contagioso y que no pasaba nada, me mandó con el niño a casa. No me creyó, y lo que es peor, me hizo sentir la peor madre del mundo. Como que quería dejar al niño sí o sí…
    Esta sensación la he padecido varias veces (debe ser que soy muy susceptible), y eso que soy de las que si tiene fiebre le dejo en casa (soy extraterrrestre) y no le chuto apiretal y a ver cuanto aguanta (como algunas compis mías hacen)…
    En fín, que para variar, me he sentido muuuy identificada con tu post.
    Gracias.

  • 4mmf

    Hola Marta, lo que comentas seguramente sucede e incluso esté extendido. No es fácil para las escuelas tomar este tipo de decisiones. Son muchos los factores que hay que valorar. Para mí, el primero es el estado del niño. Me explico, si viene al centro y los papás desconocen que se encuentre enfermo, nosotras les llamamos e intentamos hacer una descripción de lo que vemos, temperatura, síntomas de enfermedad y lo que para mí es crucial, estado de ánimo. Si el pequeñito está muy postrado, no hay más que hablar, dónde uno se encuentra mejor es en su casa, con la atención requerida. Pero no es lo único a valorar, dependemos también del tipo de enfermedad. Sabes que en la escuela siempre estamos rodeados de procesos víricos, cuando un chico lo manifiesta ya no hay quien lo pare. En nuestro caso, depende del tipo de proceso, nos ponemos más o menos tolerantes con la admisión. Pero es difícil conjugar los intereses de todos los implicados, los papás que se apuntan al estereotipo «niño enfermo/contagio/casa» y no pasa día sin que revisen a todos los compis en la búsqueda del moco contagioso para su niño, los pediatras que junto con el diagnóstico de la enfermedad recetan 10 días en casa (eso si que culpabiliza a una madre) y con ello amparan esas decisiones de las educadoras de las que te quejas, papás que mediatizados por su vida laboral se hacen un poco insensibles a la enfermedad del chico e incluso que como comentas abusan del Apiretal para mitigar las consecuencias, educadoras con poco sentido común o con pocas ganas de complicarse la vida que se ciñen a las «normas» como si fuesen de naturaleza matemática… bueno Marta, acabo como empecé, que no es fácil. Como sé que me lees a mí también, ya conoces mi apuesta ¡por los chicos! ¡por su beneficio! que cada uno asuma su responsabilidad con sentido común.

  • Marta

    Desde luego lo que falta es sentido común, y lo que sobra es tontería.
    No me puedo creer que los padres examinen a los compis en la búsqueda del moco contagioso. Increible!
    Totalmente de acuerdo con que el estado de ánimo es lo más importante.
    Me costó aprenderlo, cada vez que el niño tenía fiebre iba al medicode mi hij@, pero al final consiguió inculcarme un poco de sentido común…
    Y si las mamas abusan del apiretal es porque quieren ser las presidentas del mundo, o por esa tan querida «conciliación familiar» que ni es conciliación ni es faniliar.