Me despierto sobresaltado y llorando, llamo a mamá con desesperación, ella llega corriendo con los ojos pegados y bostezando. Que conste que llamo a mamá porque papá insiste que es mucho mejor a media noche llamarla a ella, que tiene grandes ventajas para calmarme y yo así lo hago. Son las tres de la mañana y llevo quince días asistiendo a la escuela infantil por primera vez. Duermo mal, me he negado a comer hasta que no venga mi mamá, lloro y estoy afónico. Mi educadora les dice a mis padres que es la fase de la adaptación, también lo han leído en internet en la escuela enREDada, que en unos días me adaptaré. Estan muy preocupados.
Me cuesta mucho levantarme, he dormido fatal y hay que irse pronto, tardo todo lo que puedo en desayunar, pero papá dice que llega tarde a trabajar y que me va echar el biberón por la cabeza, que algo me alimentará. Me deja en la escuela y me despido de él, miro alrededor y ya hay varios amigos y amigas, gateamos un poco, trasteamos un rato y todo parece ir bien. Pero a las nueve en punto aparece «El» si, si el de la foto, se me erizan los pelos y me entra una congoja, Juli mi educadora, le coge en brazos y le dice «ven aquí guapo, que tal esta noche». ¿Guapo?, ¿Como que guapo? ¿No tiene ojos en la cara?, será mentirosa, como puede decir eso, no señora no todos los bebes son guapos, mi compañero es feo, muy feo y me da susto, me despierto por las noches sobresaltado, no me puedo quitar esos ojos de encima, tengo que mirar a otro lado todo el tiempo, se me encoge el corazón cada vez que me mira. Todavía no veo películas de Disney y no he aprendido que la belleza está en el interior. Lloro y lloro, quiero que me saquen de aquí o que se vaya a otra clase.
¡¡¡Estoy adaptado, me da miedo mi compañero!!!
No Manolo, no estás adaptado. Pero sí estás dando tus primeros pasos adaptativos. Difíciles, llenos de inseguridades y no me extraña nada que también de pesadillas. Casi, casi tan grandes como las que tienen tus padres ¡Menos mal que por la mañana, con la luz del día Juli tiene entre sus brazos toda esa seguridad que ahora te falta! Es un reto Manolo, comenzar la Educación Infantil, un reto que te hará crecer autónomo y capaz, con el apoyo y cariño incondicional de tu familia y con la interacción con todos esos compis/monstruos que ya verás como pronto mutan en compis/imprescindibles. Ten paciencia, cada día que pasa son centímetros de seguridad y confianza 🙂
Muchísimas gracias Jesús por tu enREDo 😉 Besiños para Manolo ¡En la adaptación necesita muchos!
¡¡Me has sacado una sonrisa!! La adaptación lleva su tiempo pero si es cierto que poco a poco se van haciendo a todo. ¡¡Mi hijo ha tardado 8 meses en adaptarse a su padre!! anoche por fin se dejó acostar por él 🙂
Me ha encantado tu relato. Al fin y al cabo, ¿no es un acto de madurez que Manolo identifique exactamente lo que no le gusta de la escuela? Se hacen mayores, en pocos días el mismo comprenderá lo de que la belleza está en el interior y no necesitará ver las películas de Disney 🙂
Anda!!! Pues a ver si resulta que lo que le pasa a mi Bolita es que le dan miedo sus compañeros y no que no quiera separarse de nosotros… Gracias por abrirme los ojos, el próximo día buscaré el culpable o culpables de que mi niño llore cuando lo dejamos en la guardería!!!! 🙂
Buenísimo, mi «Manolo» particular parece que tras 15 días está mejor y ya no llora, lo mismo es que los de su clase son todos un@s guaper@s