Grave problema infantil la conjuntivitis, reviso mis datos y veo que es un problema de consulta importante, quizás tanto, que está justo por detrás de la fiebre y los mocos. Es un problema no solo médico, también escolar. Motivo suficiente para expulsar a un peque o cerrarle la puerta como si de un apestado se tratara.
Las consultas por conjuntivitis siguen un patrón y veo que se concentran en un periodo horario, fundamentalmente entre las 5 y las 6 de la tarde, hora de salida del colegio. Todos los padres afirman haber sido advertidos por el profesorado de la conveniencia de consultar al médico y no volver hasta haber sido curado.
El mito de la conjuntivitis como azote infeccioso de la escuelas.
El otro día según venía a la consulta en mi auto, tuvo a bien una paloma hacer sus necesidades en el parabrisas de mi impoluto vehículo, como fuera que el excremento cayó en el angulo de visión del conductor me vi obligado a poner en funcionamiento el limpiaparabrisas, que por un error de diseño imperdonable, primero da una pasada en seco y luego expulsa el líquido limpiacristales, así que en la primera pasada consiguió restregar la cagada por un trayecto curvo de unos treinta centímetros para posteriormente con el líquido elemento disolver parte y restregarle por un área tan extensa que consiguió que no pudiera ver la carretera, con el consiguiente riesgo para mi integridad. Me vi obligado a parar y sacar trapo y agua para poder dejar aquello de alguna manera que volviera a parecer un cristal y no un lodazal.
El ojo humano se comporta de manera similar a un parabrisas, llevando incluso incorporado su limpiaparabrisas y su desagüe. En días radiantes de luz primaveral después de un oscuro y lluvioso invierno, el ojo que para poder ver debe ir abierto, sufre el ataque lumínico del sol que seca el parabrisas y obliga a parpadear y producir líquido lubrificante para lavar de vez en cuando a modo de limpiaparabrisas.
La primavera trae también días airosos que hace que pólenes y semillas vuelen por el aire para estimular el crecimiento y polinización de las plantas y que gracias a este sistema pueden emigrar a parajes más benevolentes con su destino inicial. De esta forma y por las ventoleras que al atardecer suelen levantarse se arrastran multitud de productos en suspensión, incluso arenas, insectos y otros productos de evacuación aviar.
Si ocurriera que en un día de estos luminosos y ventosos, un tierno infante pasea de la mano con su mamá o su papá y con ese interés y esa curiosidad propia de la edad llevaren los ojos abiertos, tienen un gran probabilidad de que algún elemento impropio golpee sus parabrisas situados uno a cada lado de la nariz, la molestia inmediata hace que se lleven las manos, si, esas manos que suelen llevar los niños cuando juegan, a rascarse y restregarse para evitar la agresión, igual que hice yo con el limpiaparabrisas en mi coche. El resultado es el mismo, la suciedad se expande y el problema no mejora sino que se agrava.
El ojo es muy listo y empezará a producir liquido limpiador llamado lágrima para lavar la superficie, eficaz pero a veces no del todo, porque ha sido una hora de parque y muchas partículas volantes las que debería limpiar. Resultado, el ojo termina como un botijo colorao y con legañas que no son más que todas la cagadas de paloma de mi parabrisas acumuladas en el reborde del cristal.
El profesor muy preocupado y diligente al ver a tres niños en clase con el mismo problema e incluso cuando él mismo siente una leve molestia, decreta la cuarentena, da la alarma y prohíbe la entrada a cualquier menor afecto.
No señor maestro, prohíba el viento, el sol o la primavera, no señor pediatra no todo se cura con colirio antibiótico, a veces hay que bajarse del coche sacar trapo y botella de agua y lavar bien el parabrisas. Lo más frecuente es que un poco de suero fisiológico o la clásica agua de manzanilla (siempre que no sea alérgico a la manzanilla) y una gasa limpia podrían solucionar el problema, evitando la consulta y la expulsión.
Totalmente de acuerdo contigo Jesús, en que la culpabilidad es de los niños por llevar los ojos abiertos. Quizás en un futuro no lejano, podamos ponerles esos parches como los que llevan los caballos en carrera… 😀
Gracias Jesús, por explicar todo tan gracioso y simple. Con tu permiso me lo imprimo para colgar en la Escuela Infantil de mi hijo. 😉
Gracias 😉
¡Muy bueno Jesús! lo publico en mi facebook el día 25. Gracias
Todo tuyo, muchas gracias por difundir.
Muchas gracias una vez mas por tanta transmitir tanta tranquilidad !!!! Madre mía los jojos de los pekes !!!
muy buen artículo. Muchas gracias
Aquí una maestra.
Muy bueno el post, pero personalmente, en mi centro no se manda a ningún niño a casa por tener conjuntivitis. ¿No será una exageración de los padres para que el médico les recete algo más que «suero fisiológico»?
me lo llevo a mi blog… muchas gracias
Buenísimo, y simpático.
Enhorabuena por el blog!
Simpática y muy didáctica entrada.
Es conveniente advertir a los padres que no se «emocionen» despegando secreciones secas con gasas estériles.
A veces llegan a erosionar el borde del párpado y es peor «el remedio que la enfermedad» . Una tela fina y limpia o toalla suave sirve igual.
Enhorabuena por el blog!
Los oftalmologos desaconsejan el uso de manzanilla.
Buen blog.
Saludos.