Entramos en la tercera semana desde que comenzó el conflicto. Lejos del desánimo la sensación es que
SE PUEDE
Se puede conseguir. Si al principio todos dudabamos de este colectivo que jamás había dado un paso adelante unido, donde siempre surgían fisuras, intereses de unos y otros, desidias, miedos, racaneria en definitiva, sin embargo en esta ocasión la voz es unánime de los profesionales, por encima de partidos y sindicatos, por encima de intereses puramente salariales, no hay izquierdas o derechas, no hay arriba o abajo, por encima incluso de lo meramente laboral surge una sensación de hartazgo de
BASTA YA
Los profesionales de todas las categorias han sentido como propio el ataque a la sanidad pública, creemos en ella como profesionales y como pacientes que somos o seremos. El sentimiento hoy después de dos semanas, después de 8 días de paro es que estamos dispuestos a llegar al final, con todo lo que hemos invertido en esto no lo vamos a tirar ahora que se ve como segura la solución.
Nuestros dirigentes están desconcertados, no se imaginaban lo que se les venía encima, su capacidad dudosa no esperaba una contestación en esta sociedad dormida, su intelecto mediocre les ha pillado con el pie cambiado. Intentan burdamente dividir, ofender hasta hacer el ridículo y apalancarse en el silencio a ver si pasan los días y se callan, una táctica muy mariana, escóndete que a lo mejor pasan sin verte. Pero no, ni nos callamos ni olvidamos.
A por la tercera o la cuarta semana, cada día más ilusionados porque el solo hecho de ver la unidad ya es suficiente estímulo para seguir.
Y seguiremos los profesionales en la brecha, animados por los pacientes y ciudadanos que nos apoyan y dan sus parabienes.
Los dormidos despertarán.
Los indignados en silencio saldrán por fin a la calle.
Gentes de otras comunidades se darán cuenta que Madrid es sólo es experimento para luego exportar y se unirán a la lucha.
Los cargos intermedios dimitirán por coherencia y decencia. Médicos que pasaron al lado oscuro volverán a ver la luz y recuperar su honor.
Medios de comunicación y tertulianos que por su afección al poder y su pura incompetencia no son capaces de darse cuenta de lo que está ocurriendo, caen también en la descalificación y la infamia gratuita que provoca risa y ridículo.
Las amenazas de la delegada del gobierno con su policia no darán más miedo, porque ellos también podrán ser enfermos algún día, porque nuestra armadura es la razón y la paciencia.
No conocemos más armas que los fonendos y el palote de mirar la garganta.
Daos cuenta, estamos defendiendo la sanidad de todos.
La marea blanca somos todos.
Hola Jesús, soy el papá de uno de tus pequeños pacientes. He de decir que estoy de acuerdo con la defensa de la sanidad publica. Cuando lo que está en juego es la salud no puede ser que prime el interés económico. No podemos renunciar a una sanidad de calidad, estoy de acuerdo con optimizar los recursos, eliminar los abusos, incluso promover sistemas que sean lo más eficientes posibles pero nunca renunciando ni un ápice al derecho a tener un sistema sanitario de la mayor calidad.
Dicho todo esto… he de decirte también que creo que la postura de mantener durante tantos días la huelga y dejar de atender a los pacientes ocasiona un daño a los intereses que en principio queremos defender, el derecho a la salud de nuestros hijos. En mi caso ya he tenido que volver a casa con mi hijo malo hasta por tres veces sin que ningún profesional pudiera atenderle, y no creo que sea razonable agravar una enfermedad, más aún tratandose de un bebé, hasta que se convierta en una urgencia. Y sobre todo me parece preocupante que el calendario de vacunas se esté retrasando ya incluso por más de dos meses por motivo de la huelga.
Entiendo la lucha y la apoyo pero creo que no debemos de por ello dañar precisamente lo que justamente defendemos, el derecho a la mejor atención sanitaria para aquellos que no podemos pagar un seguro privado.
Un saludo.
No os han dejado otra opción, la lucha es lo único que podéis hacer. Si ahora no podemos ser atendidos por la huelga, en cuanto se privatice, no podremos ser atendidos. A no ser que paguemos el precio. El mismo que ahora deberíamos pagar por una visita privada. Así que, a pesar de las dificultades, os envío mi apoyo moral. Yo soy profesora de la Comunidad Valenciana, y estamos todos tristes y desanimados… Un saludo.