Esta es la última semana de clase en el cole y desde el día 1 no hay que ir por la tarde. Han abierto la piscina municipal y allí nos vamos los amigos. Las madres y mi padre, que ahora no tiene trabajo, nos llevan y se quedan por allí de charla sin molestarnos, mi hermana Veva se va al otro rincón con sus amigas. Como ya son mayores….
¡Qué risa! hoy a vuelto a venir «el collejas», es de primero A, ya tiene casi siete años, le llaman así los de su clase porque se lleva todos los cogotazos, los mayores se meten con él, se ríen y le llaman mimado. Tiene pocos amigos, bueno Borja el pelota pero no es muy popular que se diga.
Yo le conocí este curso en el fútbol, resulta que se presenta a los partidos con la equipación azulona del Paracuellos, pero debajo su madre le pone leotardos negros y jersey de manga larga y cuello alto vuelto, el entrenador un día dijo que se le iban a cocer los huevos y se quedaría «nenuco». Siempre está llorando, que si me han dicho no se qué, que si me ha empujado, que si se lo voy a decir a mi mamá.
El caso es que hoy ha venido a la piscina, su madre no se sienta con las otras madres y a mi padre no le puede ver, han discutido varias veces porque dice que es un grosero y dice palabrotas en el fúbtol, un día que falló un gol cantado, mi padre le llamó «paquete» y la madre le dio con el paraguas en la cabeza. Se tumba en la otra esquina a tomar el sol, eso si, después de ponerle un traje de neopreno al chico que le cubre todo, parece un buzo, en el único resquicio de piel que le quedaba le aplica crema solar factor 250 y se le ve al niño blanco como si le hubieran encalado.
Nos hemos acercado a preguntarle si había encontrado ya el galeón del tesoro que hay sumergido en la piscina y se ha ido llorando a chivarse a su madre, creí que la íbamos a tener y de las gordas, porque venía muy enfadada. Mi padre el muy cobarde se percató de lo que ocurría y se fue diciendo que se había dejado el móvil en casa, que ya vendría. En el camino y cuando ya estaba a punto de llegar donde se encontraban las otras madres, se cruzó Jesús, mi amigo, el médico de mi hij@, ya os he hablado mucho de él, pues como es así, sin saber de que iba la cosa, le dice «hola, colle….. digo Pedrito ¿por qué lloras, no encuentras ningún tiburón?» Todos hemos soltado una carcajada y la buena señora toda roja y a punto de reventar le ha dicho gili….eso y se ha ido corriendo con su hijo.
La cara de Jesús era un poema, mientras, las otras madres se seguían riendo.
Cuando lo hemos contado en casa, nos hemos quedado de piedra, mamá nos ha regañado y nos dice que está muy mal reirse y acosar a los compañeros, aunque algunos niños lo tengan muy difícil por culpa de la idiota y creída de su madre. Resulta que ella también se había peleado alguna vez con esta señora, era famosa en la urbanización, no se habla con nadie y siempre está con problemas.
No sé, si vuelven por la piscina habrá que intentar algo diferente.
Ay, ay , si es que la frontera entre no llegar y pasarse es muy delgada y a veces un punto sin retorno. Me ha encantado lo de «nenuco»
Aún recuerdo el día en que la profe de de «segundo de parvulitos» le dijo a una compañera: ¿¿¿¿!!!!! qué haces en pleno junio con leotardos, quítalelos y yo le daré una nota a tu madre, te va a dar el sarampión!!!!!!!!??????. Su madre la abrigaba en exceso, le daba vitaminas, nunca la dejaba quedarse a comer… Nunca se llegó a integrar del todo (compartimos unos 15 años de cole más o menos). Qué pena!!!
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