El padre de Manolo


Recuerdo cuando era pequeño, muy pequeño, que mi padre fumaba, algún problema nos dio y ya os lo conté aquí, le recuerdo fumando hasta los cuatro años, se que lo hacía a escondidas para que no le viera, pero todavía olía a humo, después no se cuando debió dejar de fumar porque el olor cambió a ese horroroso aroma de «o de colón» que le regaló mi madre, se debe poner un bote diario.

Ahora papá dice eso de «uy que rica está la comida» o «que sabrosa esta salsa» se queja cuando alguien le fuma al lado y sobre todo ya no tose por las mañanas que antes me despertaba. Yo me encuentro mucho mejor de la tos también y no se me han vuelto a repetir las crisis de broncoespasmo, creo que hemos mejorado todos.

Como hijo también tiene sus inconvenientes, antes siempre íbamos en coche a todas partes, en casa de mis amigos subíamos en ascensor, ahora me hace subir por las escaleras y más de un día me hace salir a correr con él, es vergonzoso para un niño de doce años. Soy un futbolista y de los buenos, mantengo un entrenamiento tres veces por semana y pretende ganarme, es bochornoso, termina asfixiado, un día le va a dar algo, pero lo sigue intentando, yo no pienso dejarle ganar nunca, me parece humillarle innecesariamente. Mamá también viene a correr y hay que reconocer que lo hace bastante bien, pero cuando nota que papá se ha picado, se enfada y ya no corre. No tiene espíritu competitivo.

Esta mañana hacía mucho frío y hemos salido como los últimos domingos a hacer una vueltas por el pueblo, calienta correctamente, mientras yo aprovecho para mandar unos mensajes en el tuenti a los amigos, diciendo que estoy en casa de los abuelos o en otro sitio lejos para que no salgan a mirar y reírse de mi.

Llevábamos quince minutos corriendo cuando a mi padre le ha dado un tirón en el gemelo y se ha tirado por los suelos, estamos en un prado cercano y por aquí no pasa nadie. Dice que nota como si le hubieran tirado una piedra, eso es una rotura muscular típica, duele mucho y no podrá caminar. Pues yo en brazos no le llevo. Es domingo mi médico no estará y además no le vale a él, tendremos que llevarle al geriatra, jejeje. Podría llamar al 112 pero tampoco es para tanto unos días de reposo y se le pasará. Podría llamar a mamá pero la bronca va a ser segura, dirá que nos habíamos picado, que habíamos forzado, que es un inconsciente, que no puede competir conmigo, que si un día un infarto…..

Vamos a tranquilizarle un poco que se está alterando demasiado. Es autónomo, no se puede poner de baja, le ha entrado diarrea verbal, yo que sé lo que está diciendo, total por una roturilla de nada. Vi en el fútbol en un partido de padres contra hijos que a un «abuelete» se le rompió también, así que le voy a hacer lo mismo, le ato la cinta del pelo insufrible que lleva a la altura de la lesión y venga, caminando poco a poco a casa. Se pondrá hielo, reposo y a quejarse menos. Es que hay padres muy blandengues y si uno no decide……


Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

0 ideas sobre “El padre de Manolo