En mi clase de primaria con siete años, a muchos de mis compañeros se les ha caído ya algún diente. Es un signo de prestigio y de mayoría de edad, mola. Pero yo no iba a ser igual que todos, no, yo tenía que destacar por algo. Es mi desgracia, a mi me salen más dientes sin que se me caigan los de leche.
He cumplido desde pequeño con las recomendaciones, nada de biberones ni chupetes desde los 15 meses, nada zumos de esos superazucarados, pocas chuches, cepillado de dientes después de las comidas, visita al dentista desde que me salieron las muelas definitivas con sus respectivos sellados y fluoraciones. Soy don perfecto en materia dental y va y me parezco a un tiburón, dos filas de dientes.
El diente de leche ni se mueve y el otro va adquiriendo un tamaño considerable, papá ha dicho que o se cae esta semana o vamos al dentista para que me lo quite. Se me han encendido todas las alarmas, ¿como que me lo quite? eso me va a doler seguro, cogerá unos alicates y retorciendo mi muela tirará hasta arrancarme el hueso y dejarme para sorber con pajita toda mi vida. El abuelo me contó que a él de pequeño le ataron una muela con un cordel a un burro, y al salir corriendo le sacaba la muela. Creo que me voy a marear.
Le he dicho a papá que ya se me ha caído y si consigo que no me vea con la boca abierta seguro que se lo cree. Estoy muy preocupado, he ido a hablar con Veva y me dice que a ella también se lo tuvieron que quitar, fue al dentista y le ató el diente con un cuerda a una enorme piedra y la tiró por la ventana y entonces……..
¡¡Manolo, que te pasa levanta del suelo, vaya golpe que te has dado, mamá, papá, Manolo se ha mareado otra vez, este niño es muy flojo.!!
…A ver, entonces, ¿hay que ir al dentista por algo así o no? Porque «el mi niño» que dicen en mi pueblo está sacando así los dientes, y el Dentista del Centro de Salud dijo que él no está «para extraer dientes de leche» (sic), y ahí tuve un incisivo y un colmillo cohabitando con los de leche, más de tres meses, creo recordar.
Y aunque sea un sitio con anuncios y tal, os recomiendo este sitio, que tradujo artículos interesantes. Es que el traductor éste me suele caer bien: http://www.netdoctor.es/XML/verArticuloMenu.jsp?XML=000479
Perdona el tardar en contestar pero es que al meter el enlace se había interpretado como spam y he tenido que rescatarlo.
Se suelen caer casi siempre pero si ya están en paralelo se va a demorar demasiado y tener al niño feo, pues casi mejor un tironcito indoloro y a correr, el diente nuevo ocupa su lugar y solucionado
Yo estudio medicina y me han dicho que hay que dejar los dientes de leche para que los definitivos tengan el estímulo de cuando salir. Vamos, supongo que se referirán a no sacarlos antes de que empiecen a moverse.
Muchas gracias por colaborar, efectivamente un diente se cae porque hay otro debajo que le empuja. pero cuando sale en paralelo, situación relativamente frecuente, ya ha salido el diente adulto y persiste con el de leche. Este ya no tiene el estimulo y puede permanecer mucho tiempo junto al otro. Quizás con los meses o años tambien caería pero quitarlo no es ninguna agresión y facilita que el diente adulto vaya a su sitio correcto en la arcada dentaria.
Entiendo a Manolo perfectamente. No sé de dónde procede ese miedo que tenemos todos al dentista. Desconozco si lo llevamos en nuestro código genético o qué, pero creo que todos los humanos tememos más al dentista que a cualquier otro especialista.
Yo me parezco a Manolo en que también soy una persona muy cuidadosa con mi boca. Tengo un trasto de limpieza casi profesional, pero no me sirve de nada… Tengo una enfermendad hereditaria en las encías que hace que éstas mermen más y más y se me caigan las piezas enteras.
Pues bien, voy al mismo dentista desde hace 25 años, de hecho, somos tan amigos que incluso vino a mi boda. Bueno, pues a pesar de que ya llevo dos implantes y de que sé que es una intervención que no causa molestias (sólo ligeras y el primer día), cada vez que voy me tiemblan hasta las pestañas. De verdad, que no lo soporto. Ni siquiera una limpieza de boca que es lo más simple.
Lo dicho, debe ser un temor ancestral…
O a lo mejor es por lo que me cobra….
Saludos a todos
A mi hija le crecieron los dientes así, en paralelo. Para ella fue una ventaja estética no verse mellada. El diente definitivo desplazaba al de leche (y no al contrario) hasta su caída definitiva. No sé si se demoró la caída o no, no dispongo de tablas normativas de duración de eclosión y crecimiento dental, en caso de que las haya 🙂 Lo que sí sé es que a mi segunda hija, que tuvo un crecimiento dental ‘normal’, le tardaron mucho, mucho en salir los dientes definitivos desde la caída de los de leche.
He visto a unas cuantas familias que, preocupados por esta ‘anormalidad’, han terminado con los dientes de sus hijos en el cubo de basura y me han asegurado, convencidos, que había que quitárselos, por prescripción facultativa. No sé en cuentos de esos casos preguntaron a sus hijos, además de al dentista, si se sentían incómodos con su doble dentadura, si les molestaba o si se veían feos. Si el problema es ese y el riesgo de maloclusión es sólo presunto, para qué intervenir.
Quizá habría que preguntar a los expertos de Atapuerca pero, se me ocurre como hipótesis que, quizá evolutivamente, lo más adaptativo sea tener esas boquitas de tiburón en torno a los 7 años. ¿Para qué nos va a dar la naturaleza unos dientes que luego nos quita temporalmente antes de sustituirlos por otros mejores?
Si esto es así, mejor ‘primum non nocere’ aunque sea poquito ‘nocere’, no vaya a ser que nuestros hijos sean unos ‘flojos’.
Saludos