Las agresiones en nuestra sociedad crispada y acelerada son frecuentes, no se si más o menos que antes, pero hasta que no nos tocan en persona pasan desapercibidas, como una noticia más del telediario, un numero más de mujer muerta o una expresión de ¡que barbaridad, que loca está la gente!.
Las agresiones a médicos si se están haciendo cada día más frecuentes, quizás hace unas décadas era impensable, pero hoy día en el médico se descargan iras y frustraciones, haciéndose en algunos casos una profesión preciosa, pero peligrosa.
En pediatría tenemos la suerte de que no nos agreden nuestros pacientes, salvo alguna patada en las espinillas, una meada de algún bebé y poco más, pero no vienen solos, llevan detrás padres y madres a veces demasiado estresados o iracundos.
Debido a este aumento nuestro colegio de médicos firmó un protocolo con la fiscalía de Madrid y que está en vigor, para que según dice la Ley de enjuiciamiento criminal art 106 «Todo atentado, toda amenaza o toda coacción graves que den lugar a
la incoación de un procedimiento por delito, tendrán la consideración de delito
público… Igualmente, toda coacción, amenaza, vejación o injuria dará lugar a
la incoación de un procedimiento por falta,…..»
Delito o falta según la gravedad pero siempre enjuiciable y con su pena correspondiente, unas injurias, una agresión no debe quedar en el silencio porque llevaría consigo la aceptación de la culpa.
El caso sucedió el viernes a última hora, donde aparece un padre solo, sin el niño, sin cita, sin ser de mi cupo asignado, de «urgencias» a que le haga unas recetas que le han mandado a su hijo en una clínica privada. Tras informar de lo irregular del asunto le muestro el cartel que tenemos en la puerta firmado por el colegio de médicos donde pone la prohibición de hacer recetas privadas en la sanidad pública (si quereis discutimos si debería ser así o no pero es ilegal y a mí me parece inmoral. Yo me hago cargo y responsabilizo de todo lo que receto y firmo y si hay algún problema con la medicación yo sería el único responsable.) A partir de aquí insultos de vago, sinvergüenza, alguna mano más larga que otra y amenazas. Espectáculo muy desagradable para todos los presentes, que concluye ante la posibilidad de llamar a la policía.
No ha pasado nada, no ha habido muertos, ni lesionados, mi orgullo de intocable maltrecho, pero eso es lo de menos. Pero el sujeto ¿habrá aprendido que no se puede ir así por el mundo?, ¿que la violencia esgrimida es un delito o una falta y acarrea una condena? Si yo soy un vago y un delincuente la vía es la reclamación administrativa o en la guardia civil, pero no la agresión. Si lo ha aprendido me doy por contento, pero no creo que sea así, por lo que he decidido poner una denuncia ante la fiscalía para que se investigue el suceso y tenga las consecuencias que correspondan.
¿Es venganza? ¿Es una defensa de mi honor? Os puedo asegurar que no. Es un grano de arena para que mis compañeros que sufren a diario vejaciones y agresiones denuncien, no permanezcan callados por miedo o vergüenza ante los energúmenos que pretenden coaccionarnos y obtener unas prebendas que no le corresponden. Tolerancia cero ante las agresiones. Y también un toque de atención a nuestros gestores y jefes para que se decidan a proteger a sus empleados.
Puesto en contacto con la asesoría jurídica de mi colegio de médicos me dicen que les mande el escrito para archivarlo con fines estadísticos. Deprimente.
Uf, la verdad es que últimamente hay muchos colectivos que están siendo agredidos: médicos, maestros, policía, iglesia…
¿Qué le pasa a la gente? Nos dejamos llevar por el egoísmo, la mala educación y los instintos.
Te mando mucho ánimo.
Estoy de acuerdo contigo en todo, sobre todo en la última palabra de la entrada, DEPRIMENTE. En la consulta estamos completamente vendidos.
Por desgracia yo tuve un problema parecido con una señora que me pedía unas recetas y que me negué a darle, no entendió que soy enfermera y no hago prescripciones. Lo que sí puedo hacer es facilitárselas. A partir de ahí, todo fueron gritos, insultos e incluso amenazas de muerte por parte de uno de sus hijos.
Llamada a la policía, que no puede hacer mucho, carta a la dirección y solución: cambio de enfermera. Me seguí cruzando con esta señora en el centro de salud.
Te sientes solo e impotente.
Tienes todo mi apoyo. Es lo único que nos queda.
Creo que hay gente con muy poca verguenza y educación, hace poco acudí al pediatra con mis mellis a su revisión, creo recordar que les tocaba alguna vacuna, es evidente que cada vez que entro tardo un poco, primero porque entro con dos y segundo porque merezco mi tiempo… mi pediatra es un solete la verdad…
El caso es que estoy dentro siendo atendida a la vez por la enfermera con uno de mis mellis y el pediatra con el otro… y de repente interrumpe un padre enfurecido, diciendo que lleva no se cuanto rato esperando, que si yo me he colado… que claro que si entro con dos bla bla bla… llamó de todo a mi pediatra… el caso es que estaba con un niño pequeño allí viendo como su padre se ponía como un energúmeno. Cada vez que entro en consulta tengo que ir con el carrito gemelar, igual solo voy con uno de mis mellis o voy a consulta con los dos, eso da igual el caso es que siempre tengo que escuchar suspiros de resignación de los presentes como diciendo ¡madre que entra con dos¡
La gente es muy cansina y violenta parece ser que en cualquier colectivo… me dedico a la educación asique podeis imaginar…
Impresentable, en serio, la gente está muy mal…Vaya ejemplo estamos dando, luego decimos que hay violencia en el futbol, o por la calle…
TOLERANCIA CERO ante cualquier tipo de agresión.
Muy bien por denunciar los hechos, sólo espero que sirva para algo…y q aprendamos que hay formas que reclamar una injusticia o de hacer cumplir nuestros derechos (o lo que creemos que son nuestros derechos). Y que la agresión no es que sea lo último, es que NO DEBERÍA APARECER NUNCA por nuestra cabeza!!!!
Sabes lo que creo? Que hay muy poca educación hoy en día. Porque se puede vivir sin ella, no pasa nada…
Yo jamás le hubiera faltado el respeto a un profesor o doctor cuando era pequeña. Ni vi nunca a mis padres hacerlo. Y el médico y el profesor eran Don “tal”, Don “cual”.
Pero ahora, hemos crecido, tenemos dinero (o eso creemos), y creemos que podemos hacer lo que nos de la gana. Todo se compra.
El otro día fui testigo de una bronca que un padre le echaba a un empleado de la piscina donde mis niños aprenden a nadar, por un detalle sin importancia. Pero lo peor no era que tuviera o no razón (que no la tenía), lo peor era la mala educación del padre, y las faltas de respeto.
Y es que, de verdad, nos creemos más que los demás por tener dinero. Y no le tenemos respeto a nada ni a nadie. A mí se me caería la cara de vergüenza ir a pedir recetas de un médico privado. De hecho ni sabía que se podía hacer. Ni sé cómo os prestáis a hacerlo.
Y no estoy hablando de que seamos todos ricos, no, estoy hablando de que nos creemos ricos, y que con dinero todo se arregla y además como tenemos DERECHOS pues ya está… Lo que no se compra se exige…
Lo dicho, menos dinero y más educación (de la pública, por supuesto).
Añadiría: ni a enfermeros.
El problema, según los conocidos que yo tengo, es que la denuncia debe realizarla individualmente la persona y no el hospital o tu colegio o lo que pudiera ser. Y si resulta que con el que te cruzas es un pirado… mejor no hipotetizamos más.
Nosotros tenemos «botón antipánico»… pero alguna vez he tenido miedo…
Lo siento. Saludos.
El botón antipánico está muy bien, suena por todo el centro ya me ha tocado ir alguna vez a ayudar a alguna compañera. Imponer mi 1,85 y cien kilos varoniles. Bah, es broma, no vale para mucho porque es entre nosotros los que tenemos que responder a la sirena. Por mucho que le des no aparece un guardia, aunque te quedes pegao al timbre.
Esta conectado con la policia local y la guardia civil… viene quien está más cerca … mientrás tanto … lo que nos podría ocurrir .. como que mejor no pensarlo.
saludos
En el centro en el que trabajo actualmente el botón antipánico no funciona, no digo más….
Siento lo que te ha pasado.
No pienses que es por tu culpa.
Realmente ese paciente hubiera agredido a cualquiera que le hubiera llevado la contraria.
Es una consecuencia de la pérdida de valores de la sociedad actual.
En la que vociferando y gritando se consiguen llenar espacios televisivos con audiencias multitudinarias.
En la que los sanitarios y educadores hemos perdido todo respeto.
Porque los mismos políticos nos lo han quitado.
A lo que se une la incapacidad para defender unos razonamientos.
Primero, porque no los hay.
Segundo, porque aunque los hubiera, no sabría defenderlos.
Se debe denunciar, como tu lo has hecho.
Para que se sepa que una agresión es un delito.
Y para que no se vuelva a repetir.
Ni a ti.
Ni a mi.
Ni a nadie.
Un abrazo más fuerte que el de costumbre.
que enseñamos a nuestros hijos? que si no se consigue lo que se quiere, se grita y se pega?
Al final, en esta vida, todo se reduce a una cuestión de Educación.
Hace años que estamos perdiendo el norte y no queremos reconocerlo.
Luego nos llevamos las manos a la cabeza cuando nos cuentan que los adolescentes agreden a sus profesores, a sus padres, en fin… una locura.
Lo están viendo a diario. Sus propios padres insultan al maestro, al médico, a la cajera del hipermercado, al revisor del cine, al conductor que hace una maniobra incorrecta aunque ni siquiera te haya puesto en peligro… da igual.
Se agrede verbal o físicamente a diestro y siniestro y nuestros hijos son muchas veces testigos de esas agresiones.
INTOLERANCIA CERO ANTE CUALQUIER TIPO DE AGRESIÓN
Ya os habréis dado cuenta de que he querido decir TOLERANCIA…
Mi más sincero apoyo. Sé perfectamente como te sientes, y sobre todo, después del trato recibido en tu colegio de médicos. Pasé hace un año por una experiencia similar y me dolió infinitamente más el callado desprecio que me hicieron mis superiores y la llamada a la asesoría jurídica del colegio que nunca fue contestada. Desde entonces he decidido que mi sueldo no compensa jugarme la vida y si un padre quiere recetas, recetas tendrá. Si mis superiores quieren contener el gasto, tendrán que velar por mi integridad física. Un abrazo.
Gracias por tu actitud que nos honra a todos los medicos , desde luego es fecunda para todos especialemente para los compañeros mas cercanos, y si es un nucleo de poblacion no muy grande mejor porque trasciende publicamente que estos actos no son impunes, por desgracia es un fruto mas de esta enfermedad social generada por los politicos , aunque que ellos si se protegen bien incluso con penas de carcel para quien osa no vitorearles imventandose incluso que las agresiones en tumultos.
Por cierto que parece que de algo sirve denunciar , y ya se avanza : Tres años de cárcel para la madre que pegó a una profesora de su hija
http://www.abc.es/20111018/sociedad/abcp-tres-anos-carcel-para-20111018.html
I
Siento mucho la experiencia, el otro día estuve en urgencias con mi peque y la pediatra tenía el número de seguridad pegado al lado del ordenador, me pareció muy triste, la verdad. Se puede discutir de todo lo que queramos, pero el respeto y la educación hay que mantenerla, porque como dicen otros comentarios, estamos dejándole a nuestro hijos una imagen penosa.
Mi marido es profesor y alucino cuando me cuenta alguna reunión con padres. Alguna vez se ha tenido que poner junto a una profesora a la que algún adolescente estaba hablando un poco gallito amenazante, vamos, a pararle los pies. A mí todo esto me parece subrealista, pero es, por desgracia bastante real.