Es frecuente en este tiempo que los padres en la consulta terminen sus preguntas con un ¿puede bañarse?. Mi respuesta es que no solo puede, sino que debe bañarse. Siempre tengo la sensación de que me están metiendo en un lío, si digo que sí, puede ocurrir que meta la pata por que se iba buscando un apoyo para reafirmar la postura paterna o materna ante el mosqueado muchacho, o bien, se pretendía asegurar una decisión y rebotar la responsabilidad ante inconvenientes resultantes.
Ojo, si la pregunta es: ¿A que no puede bañarse? «la he cagao». Yo que soy de por sí de llevar la contraria, el cuerpo me pide decir que si puede, ya tenemos bronca con los padres, y si digo que no debe bañarse, el niño me mira mal y hasta podría darme una patada en las espinillas.
Así que la opción más prudente es quedarse al margen, la decisión de bañarse es perteneciente a la patria potestad, es quien la ejerza el debe asumir su responsabilidad. No conozco ninguna enfermedad que impida el baño en su justo punto. Hombre, si el niño tiene 40 de fiebre y le metes en el agua fría de la piscina, pues a lo mejor le da algo, pero eso pertenece al buen juicio y a escuchar al niño que se negará en rotundo a meterse porque es muy desagradable.
Hay algo que suele dar muy buenos resultados en cualquier faceta de la vida que se aplique y es el «sentido común». Creo que es la fórmula que recomienda Jesús en su artículo.
Y por qué parece que el sentido común se nos ha atrofiado en los últimos años? Por qué preguntamos cosas tan obvias, que desde luego mi madre no hubiera preguntado en su momento? Somos más hipocondriacos?? Sobreprotectores? No entiendo qué nos ha pasado, la verdad.
Pues yo creo que ocurre igual que a los japoneses, como se les ocurre ir a esa piscina con flotador
¿Puede ser que estemos más informados pero menos formados?
Lo mas fácil es delegar tus responsabilidades en los demás. Y eso es lo que estamos consiguiendo con esta sociedad superprotectora.
Estas preguntas tienen más trampas…
A mi me ha pasado más de una vez, efectivamente, «crear un lío» sin pretenderlo. Niño con fiebre, tos y mocos. La mamá pregunta «¿Puede ir a la piscina?». Le digo que hombre, que espere a que la criatura esté buena. Y entonces la madre se transforma, mira a su hijo y le dice: «¿Ves, Pepito. No lo dogo yo, lo dice el médico. ¿Lo has oído bien?».
Con lo cual me he convertido sin querer en el «hombre del saco» o el malo de la película.
Sí, a veces algunos padres nos usan para reforzar decisiones que ellos no se atreven a tomar. Y nos pasan el muerto a nosotros. Y somos nosotros los que quedamos, sin haberlo pretendido, como los «malos» del asunto.
No es un problema de baño, es un problema de la familia, quien manda: la abuela, la madre o el padre. Entren mas a fondo de la familia, la pregunta les permite. El que esta sufrindo es el niño, no hay armonia en los mayores. Quizas nos ayude a disminuir, en el mañana, los antidepresivos.
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