No faltan pediatras, emigran pediatras 6


Grave afirmación que pretende introducir un artículo del pediatra Rafael Jiménez Alés, andaluz él y defensor de LA PEDIATRÍA con mayúsculas y del orgullo pediátrico. Decía en noviembre de 2008 con una clarividencia y premonición impresionante lo había de venir y que ayer en el telediario de la noche pudisteis ver «faltan pediatras». Pues no, no faltan «emigran pediatras» ¿por que será?
«La derrota que seguimos nos llevará a una derrota segura.
Últimamente asisto a sucesivas declaraciones y discursos de variados profesionales de la medicina, especialmente de la pediatría, empecinados en utilizar el mismo lenguaje políticamente correcto, con el que paulatinamente nos están acorralando los expertos en dicho lenguaje. A veces, lo políticamente correcto es no decir la verdad, que para mí (no se si para alguien más), viene a ser lo mismo que mentir. En otras ocasiones se emplean ocurrentes eufemismos que ocultan de forma interesada el origen de los problemas, agravándolos.

Y digo todo esto, porque ya el hastío me inunda y he de achicarlo.

Faltan pediatras. Es un hecho conocido que nadie niega y todos reconocen, desde profesionales, a políticos, pasando por ciudadanos. Sin embargo, decir que faltan pediatras, es una forma de exponer la realidad interesada, para los responsables de la gestión sanitaria. Con ella se oculta el origen del problema, que no es otro que la Emigración de los pediatras.

Supongamos por un momento que los políticos cambian su discurso y en lugar de hablar de la falta de pediatras, comenzasen a hablar de la emigración de los pediatras. Tal vez los ciudadanos pensasen que puede existir algún motivo para dicha emigración y solicitasen que dichos motivos fuesen eliminados.

Creo que hasta hace relativamente poco, todos nuestros científicos de renombre que pretendían investigar tenían tarde o temprano que emigrar. Cuando ese hecho fue conocido se intentó paliar y en segundo lugar se intentó hacer retornar a esos científicos con ofertas de trabajo, de medios, de sueldo y de reconocimiento. Cuando se les preguntaba a los científicos, ellos decían sin pelos en la lengua: «tuvimos que emigrar». En España, la escasez de científicos no era debida una falta de científicos españoles, sino que era debida a la emigración de los científicos españoles.

Llegado este punto, supongo que incluso los menos avispados saben donde quiero ir a parar:

Ya está bien de decir una y otra vez, hasta la saciedad: «Faltan pediatras», como si hubiesen desaparecido en un agujero negro o nunca hubiesen existido. Cambiemos el discurso y comencemos a emplear una frase mucho más cercana a la realidad y que informa a los ciudadanos sobre el origen del problema: «La emigración de los médicos», «La emigración de los pediatras»… y planteemos como una solución a este problema, que vuelvan. Porque faltar, faltar, lo que se dice faltar, no faltan, lo que ocurre es que están en otro lugar, en las grandes ciudades, en las comunidades autónomas donde se les paga mejor, en otros países de nuestro entorno (alguno de ellos con menor renta que el nuestro pero que paga y trata bien a sus médicos), en la medicina privada.

Desde aquí lanzo una llamada de atención a asociaciones de ciudadanos, de consumidores, a sociedades científicas y profesionales, a colegios de médicos, y a cualquier persona que quiera hablar del gran problema que azota nuestro sistema sanitario público: Hay que dejar de hablar de una vez por todas de la falta de profesionales y comenzar a hablar de la emigración de los profesionales.»


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6 ideas sobre “No faltan pediatras, emigran pediatras

  • Guillermo

    Totalmente de acuerdo también en esto, Jesús.
    España es el país de Europa con más médicos por habitante y supongo que también con más pediatras por habitante. También el que presenta mayor número de visitas al médico al año por paciente.
    El problema es el uso y abuso que se da y, ¡cómo no!, la organización de todo ello por parte de los políticos.
    Un saludo

  • Roberto Sánchez

    Querido Jesús:

    Completamente de acuerdo contigo en incorporar el matiz de “emigran pediatras” en vez de el falaz “faltan pediatras”.

    Yo incorporaría otro. No es que falten pediatras, es que “faltan pediatras en Atención Primaria”. El hospital bulle de pediatras. En el hospital sobran pediatras por todos lados. Sobran tantos, que la nueva modita ahora, es que conjugando la desesperación de los profesionales y el carácter dócil y angelical que atesoran en general (no muy distante al de los médicos de familia, digo) se les ofrece una “beca” para trabajar a lo bruto prácticamente gratis en el hospital. A esta perfecta tiranía contribuye también el caos o vacío, más bien, organizativo por parte de las Administraciones en torno al tema de las especialidades pediátricas.

    Los políticos han incorporado absurdamente la figura del pediatra para atender a la enfermedad pediátrica e infantil frecuente y para hacer la revisión del niño sano, tradicional labor del médico general o de familia. Con el apoyo de vuestras sociedades científicas. Éstas lo han hecho por ostentar una nueva área de poder. Más grave es lo de los políticos, que lo han hecho por ganar votos a sabiendas que, aunque es muy triste, da votos prometer a la población que los pediatras verán a sus niños en los Centros de Salud, aunque ésto no tenga ningún sentido.

    No tiene ningún sentido cienfícamente, los médicos generales han visto toda la vida a los niños; y en las zonas más pobres, más alejadas o más conflictivas por ser de clase baja no hay pediatras y lo siguen haciendo y representando esto una flagrante inequidad del sistema, no ha demostrado proveer de menos salud a los niños.

    Queriendo arreglar un problema (que no existía) han creado otro muy grave, aunque el puñado de votos se lo han llevado, que era lo que querían.
    El problema está ahora en que las normativas dicen que los padres tienen derecho a que a sus hijos los vea un pediatra, con lo que están en condición de reclamar si no es así.
    El problema está en que pediatría es una especialidad puramente hospitalaria y no quiere ir al Centro de Salud nadie, y los que van, en general, lo hacen de retirada ya o porque están cansados de tanto trepar en el hospital (y paradójicamente se encuentran una jauría de trabajo cuando llegan al Centro).
    Por otro lado los médicos de familia pierden el tiempo teóricamente cuatro meses de su formación (es muchísimo si se tiene en cuenta de que el total de la misma son cuatro años y que en especialidades como oftalmología u otorrino se rota 15 días por cada una en mi área, por ejemplo); para adquirir una competencia que luego, en teoría, no van a poder ejercer.
    A los padres se les oculta o no se les muestra claramente, si el médico que atiende a sus hijos es pediatra o médico de familia. Es tan paradójica la situación que una salida laboral de las más estables para los médicos de familia recién terminada la especialidad (mi caso) es “hacerse pasar por pediatra” en Atención Primaria lo que te provee de un contrato de seis meses, renovable. Ocupando tu puesto de médico de familia trabajas si tienes suerte, un par de semanas.

    Así están las cosas. Pero en vez de incidir en la raíz del problema, se tapa o se aparta o se enfoca mal. Por puro despiste o por desconocimiento del tema. Eso le pasa mucho a los informativos de TVE (que me gustan y sigo a menudo) cuando habla de temas sanitarios, que se centran en el deslumbramiento tecnológico o en la chorradita (que por otro lado es lo que le gusta al personal), pero que no hacen por llegar al fondo. Y llegar al fondo es condición necesaria para poder llegar a una solución.

    Un saludo.

    Roberto Sánchez
    Desde hace tres días, Médico de familia.
    Madrid.

    • jesus martinez

      Un saludo Doctor Sanchez, suena bien, un placer tenerte por aquí gracias por colaborar. Solo una crítica a una linea el resto lo firmo. En atención primaria somos muchos los que mataríamos por quedarnos aquí y defender la primaria, los hospitalocentristas son la minoría y si muchos emigran al hospital es por trabajar de mañana, por no soportar sobrecargas indecentes o por mejorar sueldo con las guardias. Ningún emigrante se va porque le guste el otro país o el otro lugar, se va porque le están echando de su sitio.

  • herrerillo, twitter

    Aunque yo soy internista, el problema de «mala asignacion» (o reparto no equitativo) en diferentes municipios y comunidades es bien claro. En mi Hospital hay una avalancha de MIR ,suramericanos y de otras naciones, al tiempo que muchos especialistas españoles tienen problema para colocarse. A veces se «ha colado» algun medico extranjero que luego resultó no tener el titulo. Esto ha sucedido al tiempo que me solicitaron a mi ,en mi propio hospital, donde llevo trabajando, desde ¡¡ 1978 !!, que demostrara mi titulacion de especialista en «Medicina Interna». Yo me dedico a ver enfermos y no soy gestor, ni quisiera serlo, pero escribo para que completeis una pieza mas del panorama global