Dadme alas 3


Quiero volar, me encanta cuando juego con mis padres, saltar cada vez más alto porque sé que abajo estan ellos para cogerme, alejarme en el parque lo más posible, porque se que a la vuelta ellos seguirán allí. La sensación es impresionante, ayer subí hasta los 5 0 6 metros o más sin exagerar, no se calcular pero la sensación de vértigo me emborracha y me río y me río hasta no poder más. Jugamos en el parque y pasamos las tardes de primavera al sol, se está muy bien, voy en manga corta pero termino sudando siempre. Corro, salto y me tiro por los suelos, estoy acelerado, como dice papá «que bien va a dormir luego», no se si lo hacen por eso pero a mi me gusta estár con ellos, sé que de mayor me apuntarán a extraescolares, ellos tendrán mucho trabajo y nos veremos menos, así que pienso aprovecharme todo lo que pueda ahora que soy pequeño.

Me siento un poco a descansar y me estoy tomando un sandwich que ha traído mamá, como siempre en el banco hay otra madre, papá esta dando vueltas de pie, se va, viene, según este la conversación. La otra señora pregunta «¿Y tu no le pones protección solar?» se hace un silencio, papá de repente ve a lo lejos algo en el suelo y va a por ello, se mastica la tensión, yo miro a mamá fijamente como preguntando eso ¿me la pones? y sobre todo ¿qué es eso? La mirada de mamá buscando a mi huidizo progenitor no presagia nada bueno, entonces responde. Pues….. no…..la verdad es que no había pensado, yo…. Manolo que se te cae el bocadillo apriétalo bien.

«Pues verás es muy importante ponerles mucha crema pantalla total, el sol es muy malo y puede producir cancer». Mamá está cada vez más preocupada, pero no se deja amedrentar nunca, toma aire y le dice. Pues Manolo no es de piel muy clara y con este solecito de primavera va cogiendo un tono de piel moreno que es la mejor protección del sol que hay. Cuando vamos a la playa sobre todo los primeros días vamos a primera hora o a última por la tarde y sí que le pongo protección, pero sobre todo su gorra y su camiseta y no abusar de horas al sol que las quemaduras si que pueden producir problemas en la piel.

Bien por mi madre, la ha dejado planchada y bien informada.

«Pues a mí, mi pediatra me dijo que factor 50 desde el primer día de sol», responde la señora muy contrariada, y en esto aparece su hijo que es de mi edad y sin poder evitarlo me empiezo a reír a carcajadas, las dos me miran mal, pero es que el niño va como los mimos de la calle todo embadurnado de una pasta blanca, se ha caído en la tierra y lleva trozos de tierra, césped pegado en la cara y los brazos. La señora se levanta y se va, vámonos de aquí y dice algo entre dientes que no se entiende bien.

Mamá me mira seria, dejo de reír, pero enseguida se le ilumina la cara y con esa preciosa sonrisa que tiene me abraza y me da dos besos y empezamos a reir juntos.

Papá llega en ese momento y pregunta, ¿que ha pasado?. Nada papá un momento madre-hijo muy beneficioso para mi salud psicologica futura.

Claro, os preguntareis donde esta mi hermana Genoveva, pues donde va a estar, en el otro lado del parque con sus amigas. Puaj.


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3 ideas sobre “Dadme alas

  • José

    Muy bien, hay mucha ignorancia todavia, recuerdo cuando era pequeño las quemaduras tan dolorosas que me producia el sol. el año pasado me detectaron un melanoma, hay que protegerse y protegerlos

    saludos

  • Paula

    He vivido en paises que basicamente estan bajo el hoyo de la capa de ozono. La diferencia en los mensajes e intensidad a nivel de salud publica es notable.

    En Chile recien esta empezando la preocupacion mas masiva de los padres. En NZ y Australia es casi como la sra de factor 50 para todo, tanto que ahora en Australia tienen una campaña para exponerlos al sol de invierno y con moderacion para evitar problemas de vitamina D.

    • jesus martinez

      Claro, poner una empresa de factor de protección en finlandia tiene poco futuro, hay que adecuarse al sitio donde estés. Tratar los problemas en su entorno. Por ejemplo nos vacunamos contra el rotavirus que causa multitud de muertes en África y Sudamérica pero no en nuestro medio español, las niñas ricas se vacunan contra en papiloma, enfermedad más frecuente en otros ambientes más depauperados. Pero es lo que tienen los ricos, se previenen para no ser como los pobres. Así que en vez de cuidarnos del sol y no abusar, preferimos gastarnos una pasta en cremas a precios exorbitantes.