Santa semana, vamos de viaje 2


¡Vamos, deprisa que van a cerrar la playa! Papa grita desde la puerta, mamá me ha puesto el termómetro, dice que tengo fiebre, siempre que salimos de viaje dice que me pongo malo. Todo esta muy revuelto, bolsas, mi cuna portátil, mi carrito, la maleta de Veva con sus cosas, y otro maletón enorme con las cosas de papá y mamá. Mucha playa, muchas vacaciones, vamos a descansar, pero se llevan el portátil, el iphone, cámara de fotos de muchos megapixeles, trípode, gps, intercomunicadores para oírme por la noche y no se cuantos cacharros más con sus correspondientes cargadores.

Me estoy tomando mi biberón en la trona observando la familia, carreras y prisas, seguro que se olvida algo, ¡qué estrés!. Observo desde mi atalaya, se han caído las llaves del coche y están debajo de armario de la cocina, esto va a traer cola, mamá le toca conducir hoy, está como loca buscándolas, en cuanto me bajen de aquí me voy gateando a por ellas, se va a poner de contenta. Sí, gateando, tengo casi 15 meses y todavía no camino ¿y qué? de mayores no recordáis lo peligroso que es, mejor ser prudente.

Ya nos hemos acoplado todos en el auto, tenemos un monovolumen, yo voy en mi silla atado como si fuera un piloto de carreras, Veva va a mi lado también en su silla, adaptada a su edad «cuidándome»,  o yo a ella. Nada más salir de mi pueblo la carretera se retuerce en unas curvas cuesta abajo que producen un efecto en la familia muy curioso.

A papá se le nota preocupado, la tensión está en el ambiente, desde su asiento delantero mira hacia atrás constantemente, pregunta ¿que tal vais chicos?¿Veva qué tal? la tensión se centra sobre mi hermana. Mamá va conduciendo feliz y relajada ha puesto el gps, y ha sentenciado ¡yo hasta la playa no paro! Podría ser una frase de ánimo o de no os preocupéis que está todo controlado, pero no, es un escaqueo puro y duro, se han jugado a los chinos quien conducía y ha perdido papá, todos sabemos que Veva va a empezar a vomitar de un momento a otro, parecerá la niña del exorcista, no va a parar hasta 300 kilometros más allá y papá tendrá que recoger todo el pastelón, luego limpiar el coche y conseguir que no vuelva a oler a cloaca, hasta el próximo viaje familiar.

Papá por si acaso se ha leído las instrucciones que le ha dado Jesús, mi amigo, el médico de mi hij@, pero me parece a mí…. no se, no se, esa cara que esté poniendo Veva, yo me voy a dormir por si acaso.


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